Esta viñeta de El Roto publicada en El País, además de ser humor es tristemente una realidad escondida de la educación que desde hace siglos no sabemos romper, para crear personas más libres y más capaces de saber defenderse para ser iguales al resto. No es idéntica la educación que se da a los niños preparados para ser trabajadores que la que se ofrece a los niños que vienen desde la Clase ya Alta. Con independencia de que luego cada niño aproveche mejor o peor cada opción.
La sociedad quiere tener dos clases de personas. Las que trabajen para los otros, y las que dan trabajo para los unos.
Unos deben poseer la fuerza del trabajo y otros la fuerza del "tener", del poseer y organizar lo que tienen para repartir sobre todo trabajo y posibilidades.
Lo curioso es que en estos tiempos la Clase que Tiene, desea vivir alejada del resto, encerrada en sus castillos que ahora ya no tienen almenas que se divisan desde lejos, pero siguen teniendo soldados que las defienden y murallas que las encierran. Desde sus torres informatizadas saben controlar la fuerza del deber de todos los demás, para obtener beneficios simplemente gobernando sin ser gobernantes declarados.
Pero para que ellos tengan castillos disimulados, deben tener capacidad y formación para poder inculcar a los "otros" el deber de estar agradecidos y capacidad asimilada desde la educación de que quieran colaborar en la sociedad a base de dejarse mandar y siendo buenos productores y excelentes consumidores.
Unos tienen y prestan, y otros deben y pagan. Unos fabrican y otros consumen. Unos obedecen y otros mandan. Para todo esto se necesita educación diferenciada. He intentado explicarlo de la forma más tonta posible, pues yo soy de los tontos que deben deber.