Me lo miro buscando cambios en las huellas dactilares o heridas, pero no encuentro nada. Igual es que se me han desgastado las huellas de tanto darle al teclado, me pregunto.
¿Y si no reconoce mi huella, qué otra huella tiene ahora en la memoria este cacharro?
Al final estoy seguro que vendrá un señor mayor de Murcia y se me llevaré mi teléfono diciendo que la huella que reconoce es la suya.
De Murcia o de Soria. Estos teléfonos son capaces de avisarle con un mensaje secreto al dueño de la huella que lleva memorizada, seguro. Igual está buscando al que se cree que es su dueño y no, el dueño soy yo.