Tras la lógica unión del “Teruel Existe” con un diputado en Madrid lo inevitable es que opciones como “Soria ¡Ya!” quisieran un espacio propio al menos de voz y queja, o que León decidiera —como lleva años y décadas reclamando— que ellos no tienen nada que ver con Castilla la Vieja y sin duda con el vecino Valladolid al que ven como enemigo. Son asuntos que en sus respectivos territorios se conocen desde hace muchos años, y de forma contundente en algunos casos.
La culpa de todo la tiene esa excesiva centralidad de Madrid, ese nacionalismo brutal del Madrid que todo quiere controlar, y que logra que se vayan creando espacios de nacionalismo interno y diferente, que quieren reclamar atención, justicia y lógica social.
Hoy es Soria o León, Aragón o Extremadura, esa España vaciada, mal entendida, a la que queremos desde Madrid arropar axfisiando sin preocuparse ni de sus problemas ni de sus realidades. El número de tontos históricos va creciendo.