De saber que a veces un peón se puede convertir en reina. Un Rey sin peones pero con torre… vale menos que un Rey con una buena colección de peones estrategas.
En el ajedrez como en la política tan importante es conocer muy bien las aperturas de los trabajos como controlar muy bien los finales pues de ellos también depende el ganar y el perder si todo va muy igualado. Y curiosamente los finales son tremendamente variados.
En el ajedrez como en la política tan importante es conocer muy bien las aperturas de los trabajos como controlar muy bien los finales pues de ellos también depende el ganar y el perder si todo va muy igualado. Y curiosamente los finales son tremendamente variados.
Podría darse el caso de que acudiendo a un final en inferioridad de posición, lo ganas por saber mover esos finales tácticos, casi matemáticos. Sí, hablo de política también.
En el ajedrez como en política tan importante es tener buenas piezas como el lugar que ocupan en el tablero en relación al mismo o a las piezas del contrario.
En el ajedrez como en política tan importante es tener buenas piezas como el lugar que ocupan en el tablero en relación al mismo o a las piezas del contrario.
Una buena posición puede dejar de serlo si el contrario se mueve y tu no logras detectar hacia dónde se quiere mover. Y en el ajedrez como en la política, no es lo mismo un alfil que un caballo, y no siempre una torre es más valiosa que un caballo o incluso un peón.
Todo depende de la posición, de lo que ha decidido hacer el contrario con cada elemento, aunque sean más que los tuyos pero que al saberse ganador se siente descuidado.
Porque al final la pregunta siempre es la misma. ¿Qué es ganar y qué es perder? ¿Se puede ganar… perdiendo?