Me estoy haciendo cada día un poco más vieja, a veces me apago y a ratos me enciendo, como un intermitente, he dejado gente y vivencias tras de mí. Todo con la idea de seguir creciendo.
Ahora estoy volando por encima de Vigo contando luces que me quieran alumbrar. Ya sé que la única luz válida es la que emito yo. Pero no me lo creo del todo.