La gente nos miramos mientras pensamos que todo el mundo está bien. Pero por dentro tenemos el alma rota o incluso corrompida, el corazón hecho añicos, la voz entrecortada.
—Pues yo te veo bien— te dicen las vecinas por la calle. Claro jolines, no voy a ir con cara de pena a comprar, o a pasear al perro.
Pero es para preguntarse si a veces todos tenemos en la garganta un nudo, algunos miedos o problemas que nos tienen a veces en casa esperando que pase la tormenta y salga el sol… o que camuflamos tras una enorme sonrisa.
La gente nos miramos, reímos, pensamos en lo fácil, opinamos incluso, pero tu propia verdad solo la conoces tú.