Todos los españoles sabemos que si todos los votantes volvemos a votar lo mismo el 10N, se volverán a repetir los mismos problemas por ser una repetición electoral. Y casi todos nosotros no queremos que vuelva a suceder lo mismo. Pero la inmensa mayoría de los votantes piensan que lo mejor es que el 10N cambian “los otros”, es decir dejamos en manos de los demás que se resuelva al problema, con un cambio incierto del voto ajeno.
Por otra parte debemos admitir que la mayoría de los votantes llamados indecisos y que son algunos millones votan “a caballo ganador” y que no lo hacen hacia propuestas que ya de entrada se dan por perdedoras. Por eso las encuestas y sondeos sobre este 10N se corrigen ellas mismas, pues el votante indeciso tiene a votar lo que ve reflejado en ellas. Les da la razón aunque no la tengan, por el simple hecho de creerlas y pensar que así vota a ganador.
Por ejemplo VOX que subió bastante en las últimas elecciones generales es ahora mismo un partido en crecimiento lo que lleva a sus antiguos votantes a insistir y repetir y a los que se quedaron en puertas por las dudas de si merecía la pena o no el votarles ahora ya saben que hay varios millones de españoles que piensan como ellos. Aunque personalmente me joda eso un huevo.
Más País podría haber sido un revulsivo, una novedad capaz de cambiar todo el resultado si personas ajenas a cada uno de nosotros hubiera pensado que efectivamente se iban a alzar con un espacio propio de tamaño suficiente. Pero la mejor manera de evitarlo y de eso entienden mucho los partidos grandes, es ningunearlo, no nombrarlo para nada, no sacar en las encuestas más que rescoldos de votos, y demostrar que para los españoles su propuesta pinta menos que Pichorras en Pastriz. Por eso además de no dejarlo participar en Debates, sacan de su programa electoral su propuesta más de futuro a una década vista y además la tergiversan para hacerla incomible.
Como contra la izquierda identitaria vote a quien vote no puede ofrecer nada la derecha, opta por desmotivarlos en conjunto, por decir que votar a las izquierdas es perder el tiempo, que lo mejor es quedarse en casa.
Algo parecido le está sucediendo a Ciudadanos que tras perder en un gota a gota a militantes importantes ha sufrido el cambio de mirada de los españoles que ahora ya no se los creen pues observan que ni entre ellos mismos se confían. Si a eso le añadimos que su espacio político se les ha movido por culpa de ellos que se van a la derecha y por un trabajo fino del PSOE y el PP que se han dedicado a robarle por los dos lados esa identidad social que creían representar, se han quedado sin su “cueva” identitaria y están ahora en tierra de nadie esperando el fracaso.
¿Y el PSOE y Podemos no van a pagar la falta de acuerdo de la primavera verano? Sin duda, pero en forma de abstención y eso lo ha sabido leer muy bien la derecha. Son dos bloques perfectamente elegidos por sus votantes y la única duda era saber de qué manera les iba a afectar Más País. Ahora que han logrado ningunearlo, ya saben que de ninguna forma (o casi) y por ellos se están dedicando simplemente a hablarles a los suyos. No quieren más votantes, aunque si llegan pues miel sobre hojuelas, porque lo que quieren es mantener los que tenían.
Y con todos estos apaños y miradas propias…, ¿qué tendremos el 10N? Pues podría ser un más de lo mismo con más derecha extrema en el Parlamento. Incluso podría ser que la derecha arrebatara espacio a la izquierda lo cual no le vendría nada mal, pues eso de estar constantemente dividiéndose es una de las mayores tonterías que se dan entre la sociedad que está abajo, casi en el suelo. Se radicaliza el voto de las periferias, se logrará mantener Podemos pero se pondrá más chulo que un ocho ante lo mal que le ha salido la jugada a Pedro Sánchez, y es posible que en el PSOE si no se logra un buen resultado, vuelvan las voces quejosas contra un camino que se antoja complejo y débil.