Pero además debemos entender que cuando la economía global está depresiva, los Estados tienen que compensara esa depresión económica con una cierta y planificada expansión inteligente.
No se trata de que volvamos a un nuevo Plan E o Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo que impulsó Zapatero en 2008 para intentar impulsar la economía, pues se trabajó sobre proyectos metidos en el cajón, que no estaban preparados para un momento concreto de la economía, sino para frenar con urgencia la recesión que en ese momento se pensaba puntual y corta en el tiempo.
Hay que preparar un Plan nuevo, diseñado para modificar nuestro sistema económico, productivo y laboral, que logre de una vez bajar el desempleo de forma sustancial y con procesos atemporales y fijos, diseñados para una España que no sabe acercarse a los sistemas económicos de sus vecinos europeos.
Modificar nuestra economía no es fácil, pues requiere cambios muy importantes en numerosísimos procesos sociales.
Hay que preparar un Plan nuevo, diseñado para modificar nuestro sistema económico, productivo y laboral, que logre de una vez bajar el desempleo de forma sustancial y con procesos atemporales y fijos, diseñados para una España que no sabe acercarse a los sistemas económicos de sus vecinos europeos.
Modificar nuestra economía no es fácil, pues requiere cambios muy importantes en numerosísimos procesos sociales.
Desde la educación a la formación continua desde nuestras universidades a incluso nuestro sistema de trabajadores públicos, desde nuestras políticas y normas laborales a la formación de nuestros empresarios, desde la creación de un Banco Público de Inversiones a un cambio importante en nuestro sistema de exportaciones, incluso en los procesos básicos de inspección de procesos, de ampliación de nuestros Sistemas de Calidad Total, de control de la economía sumergida, o de la responsabilidad civil y social de muchos de los asesores e inspectores que trabajan en las líneas importantes de nuestros procesos económicos estatales y privados.
Sin olvidarnos de los costes en energía, de modificar ciertos aspectos de nuestros sistemas tributarios y de sus inspecciones, de una reordenación de nuestros acuerdos comerciales, de impulsar el turismo de calidad o de encontrar nuevos mercados tecnológicos o industriales con sello de calidad español.