Yo fui una niña prematura, que quiso ver el mundo un mes antes de tiempo, que tuvo falta de oxígeno al nacer, pero que ha crecido sana y fuerte.
Esta es la semana de los bebés prematuros, esos que llegan antes de tiempo, y que pasan unos días en incubadoras, cogiendo peso, creciendo, peleando por vivir y gritar al mundo que están aquí.
Imagino que mis padres hubieran dado todo lo que tenían hace casi 38 años, por hacer el piel con piel que se hace ahora, y no por verme tras un cristal. pero eran otros tiempos. Mecachisla.