Es verdad que este troceamiento de la izquierda, algo constante desde la Transición (o incluso desde la República), es un absurdo inasumible y una torpeza política de incalculable valor negativo, y en este caso no es culpa solo de Errejón sino también de Podemos e Iglesias por no saber tender puentes de plata a los perdedores internos.
Hay que saber ser responsables y eso supone no ir con máximos a las mesas de negociación, ni desde unos ni tampoco desde otros. Los poderes reales de nuestra sociedad no quieren que entre Podemos al gobierno de España, nos lo han dejado muy claro, lo que nos tiene que importar muy poco.
Pero a la vez hay que saber transmitir qué se quiere hacer, para quién y a costa de qué. Y abrirse, abrirse mucho a todos los lados sociales, para no ser nunca organizaciones excesivamente cerradas pues no hay una sociedad única ni tampoco hay una sociedad troceada en dos o cuatro compartimentos. Cada ciudadano es distinto y por eso deben encajar las múltiples ideas, las múltiples posiciones con sentido común.
Pedro Sánchez va a intentar que Ciudadanos ahora sí le apoye sin Albert Rivera en la política, y esperar las abstenciones del PP y de Podemos. Lo complicado vendrá cuando hay que gobernar, aprobar los Presupuestos, pues entonces el PSOE se verá pinzado por una derecha liberal que le borrará la cara de socialista. Por eso el papel de Podemos es fundamental. Si está fuera del Gobierno nunca debería apoyar un Gobierno "mezcla" de derechas e izquierdas. Y trabajar mucho más su propio crecimiento y reconstrucción interna.