El mundo está en llamas pero no a costa de guerra al uso como las del siglo XX sino en guerras nuevas, de momento, en donde arden las calles de las ciudades, las gentes civiles se cansan y se cabrean, se manipulan sociedades, se influye en el comercio y en las nuevas tecnologías y se paralizan las economías. Las armas ahora ya no son los fusiles sino el consumismo, las economías que querían ser globalizadoras y se tornas locales otra vez, la manipulación sin que se note. El capitalismo se ha pasado de rosca y se está rompiendo la cuerda del aguante social. Unido a países fuertes que pueden jugar a las guerras sin emplear armas pesadas.
Cuando las personas pierden el que sea reconocida su razón se abrazan a razones para reconquistarla. Y no es necesario que sean razones razonadas, pueden ser absurdas, pero si no tienen otras… esas les (nos) sirven para decir ¡¡basta!!, sobre todo si además son alentadas inteligentemente por quien quiere el conflicto sin tener que intervenir directamente.
Chile, Bolivia, Irak, Siria, Libia, Somalia, Colombia, Perú, Angola, China, Nigeria, Corea del Norte, Israel, Palestina, Ucrania, Turquía, Kurdos, R. Centroafricana, Sudán, Yemen, Irán, Cataluña.
Las nuevas tecnologías propician guerras encubiertas, donde se intentan lograr los mismos objetivos pero sin emplear las mismas armas que antes. Desde el terrorismo a la manipulación informática, desde la inteligencia artificial para dominar el mundo a la violencia social, desde los posibles intentos por guerras sucias a las presiones comerciales. Las fronteras ya no se invaden con soldados sino con nuevas tecnologías manipuladas, dominios comerciales que empobrecen, manipulaciones políticas que pueden hacer caer a gobiernos desde dentro.
Es lo que nos toca en estos tiempos. ¿Y estamos preparados a todos los efectos, incluidos el de que los soldados con armas largas cada vez tienen menos sentido a cambio de sistemas de defensa pasiva e inteligente?