El marido que ayudó a su mujer a que dejara de sufrir será (presuntamente y si el propio juzgado no rechaza su implicación) juzgado como maltratador en una decisión que en nada ayuda sino todo lo contrario a que las mujeres gocen de una justicia mejor y más adaptada a los delitos de violencia de género.
Nada hay más inhumano que el automatismo de la justicia que se basa en letras escritas en párrafos. La justicia puede convertirse en una injusta decisión al no poderse aplicar con sentido justo las miles de posibilidades de la vida, enfrentadas a las pocas decenas de posibilidades que ofrecen las leyes escritas en papeles.
Cuidado con los errores y los excesos a la hora de legislar en temas sociales, pues pueden volverse en contra. Si no se sabe medir bien el alcance de las acciones, pueden venir reacciones que den al traste con lo conseguido.