Tu casa es distinta si quien la mira es el banco, el tasador, tu mismo o el comprador. Pero eso mismos sucede con tu forma de ser, con tu belleza, con tu alegría, con tu coche o con tus pantalones vaqueros. Todo tiene muy diversas formas de ser visto. Y de que cualquiera de las partes entiendan tus actos o tus opiniones.
Una casa es fácil de verla todos casi igual. Unas opiniones en cambio, es un tema mucho más complejo.