Tenemos derecho a esconder la cabeza, lo que no tendremos derecho es a podernos defender de lo que nos venga, si antes no hemos sabido defender el campo de juego. Os dejo dos párrafos de este artículo.
(…) La Conferencia de Seguridad celebrada en Múnich, por poner el último ejemplo, ha pronosticado que el desorden mundial (que en Europa se concreta en una policrisis) está abriendo una nueva era de la incertidumbre; que hay una sensación generalizada de fin de época, y que los consensos y equilibrios labrados durante décadas se deshacen. Hay más imprevisibilidad. La política exterior, el cambio climático, la seguridad, el pilar social, el crecimiento, el empleo o la defensa deben formar parte de los programas electorales. (…)
(…) La mayor parte de los extremismos son antieuropeístas. Un estudio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores enumera acciones hipotéticas de los antieuropeístas: inhibir la respuesta de Europa a los principales desafíos en política exterior (sanciones a Rusia, debilitamiento de la OTAN…), fragilización del Estado de derecho (con afrentas a los derechos humanos y pérdidas de calidad de la democracia), dañar la competitividad económica (obstruyendo los acuerdos de libre comercio, escogiendo la política comercial como campo de batalla), poner en riesgo la libertad de movimientos (reintroducción de controles fronterizos internos como solución a la inmigración), fomentar la desintegración de la UE desde dentro (haciendo fracasar las negociaciones de presupuestos, impulsando continuos referendos). (…)
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(…) La Conferencia de Seguridad celebrada en Múnich, por poner el último ejemplo, ha pronosticado que el desorden mundial (que en Europa se concreta en una policrisis) está abriendo una nueva era de la incertidumbre; que hay una sensación generalizada de fin de época, y que los consensos y equilibrios labrados durante décadas se deshacen. Hay más imprevisibilidad. La política exterior, el cambio climático, la seguridad, el pilar social, el crecimiento, el empleo o la defensa deben formar parte de los programas electorales. (…)
(…) La mayor parte de los extremismos son antieuropeístas. Un estudio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores enumera acciones hipotéticas de los antieuropeístas: inhibir la respuesta de Europa a los principales desafíos en política exterior (sanciones a Rusia, debilitamiento de la OTAN…), fragilización del Estado de derecho (con afrentas a los derechos humanos y pérdidas de calidad de la democracia), dañar la competitividad económica (obstruyendo los acuerdos de libre comercio, escogiendo la política comercial como campo de batalla), poner en riesgo la libertad de movimientos (reintroducción de controles fronterizos internos como solución a la inmigración), fomentar la desintegración de la UE desde dentro (haciendo fracasar las negociaciones de presupuestos, impulsando continuos referendos). (…)