Bien, a los que como yo ya tenemos una edad suficiente, nos importa mucho menos que a nuestros hijos o nietos. Nos convertimos en egoístas del tiempo. Para lo que me queda en el convento, me…, no. Yo no.
Viví la dictadura hasta sus finales, nací en el 56 con el hambre pisándome los talones. Conocí en primera persona que los niños pobres no podíamos ir a los colegios de pago pues eran para ricos aunque nos becaran unos años para disimular. Sé lo que es correr delante de los grises para conseguir lo que ahora se quiere hacer perder en la firma de unos papeles.
Así que no, callarme no.
Aunque por mi edad ya no pueda correr. Al menos hablaré con el teclado.
Se están riendo de los más necesitados y encima creemos que vienen a salvarnos. Bien, todavía me queda tiempo para esperar los resultados. No pienso ponerme nervioso.
O sois vosotros los que se ponen a trabajar duro por revertir estos cambios grises, o simplemente veré cerrarse el círculo.
Nací en dictadura y moriré…, ¡¡os vais a joder!!, que no pienso morirme en otra dictadura.