Podemos decidir tener una vida. O tener varias. Pero siempre una detrás de otra, no a la vez. Si decidimos cambiar de vida, tener otra diferente, simplemente sería lógico que se analizara desde varias ópticas personales si el cambio de vida es para mejor o para peor.
Todos tenemos derecho a equivocarnos, pero no sé, parece de tontos querer equivocarse, simplemente por cambiar.
Nota.: La viñeta es del dibujante argentino Marcos Severi