Queda muy mal hablar en negativo de toda la parafernalia que han desarrollando los medios de comunicación sobre el accidente de Julen en Totalán. Pero no hacerlo es aplaudir con las orejas. Por desgracia en España se mueren niños por diversos motivos todos los días. Incluso en accidentes de variado tipo. Pelear por ver quién tiene más audiencia, o dedicar un esfuerzo inmenso a recuperar el cadáver de un niño con Generales incluidos, es un drama de la Celtiberia de otro siglo, pero yo creía que no de la del XXI.
Debemos tener mesura en los asuntos sociales para que no haya comparaciones odiosas. Todos tenemos algún niño con problemas serios, en el pasado o en el presente, y que se contemplan sus casos con la serenidad lógica y la mesura. Dramatizar teatralmente las situaciones hasta realizar abrumadoras ruedas de prensa donde se nombre a España y al Pueblo como elementos añadidos a las desgracias, es confundir el discurso pues son situaciones límites solo para las familias, y es algo que deberíamos desterrar.