Los juegos de manos han sido siempre muy famosos. Nadie duda de que son incluso prehistóricos. El que tuviera la mano más rápida ganaba a los lentos. Cuando ya existían ricos y pobres, de alguna manera poco ortodoxa unos se apoderaban del beneficio de los otros. Perich en 1996 lo vio en sus Historias Sagradas viejas.