El mensaje del Rey en la noche de ayer marcó un tono totalmente diferente al que se esperaba, a los anteriores, tanto en las formas como en el contenido. No quiso hacer un repaso “de todo” ni repetir problemas y disfunciones sociales que no son de su incumbencia como gestor político, y se centró en algo que me pareció fundamental y muy acertado. Hablar de filosofía social y política, de líder positivista, de Rey republicano.
Todo se podría resumir en tres palabras clave: JUVENTUD, CONVIVENCIA, FUTURO.
Casi de forma temática hablo para todos los españoles que quisieron oír de la juventud española, sus retos y lo que representan para nuestro futuro todas sus disfunciones sociales. España pivotará en breve sobre esa juventud que ahora tenemos marginado en lo económico, laboral y emancipador. La juventud no puede ser libre porque no les permitimos poder emanciparse libremente y volar con sus posibilidades laborales, excepto si les empujamos a volar fuera de España. Están totalmente unidos el futuro de España y su juventud. Y ya era hora que desde lo más alto se hablara con rotundidad de este concepto.
Sobre la convivencia quedó claro que era un grito dirigido a TODOS. Convivencia es no presionar la máquina, y convivencia es entender y dejar hacer, sin querer sacar réditos rápidos para ocupar sillones. España necesita convivencia, y para ello necesita diálogo, templar gaitas, escuchar y reflexionar.
No soy monárquico (aunque aquí lo parezca), pero entiendo que el papel de un Rey o de un Presidente de República se puede hacer muy bien o muy mal. Nada es perfecto y ejemplos hemos tenido de todo tipo.