Quien haya tenido la ocasión (algunos estamos locos, es verdad) de leerse el programa electoral de VOX habrá visto que no le falta una coma para ser un programa de extrema derecha, en contra de la política, claramente inspirado en las políticas republicanas de los EEUU y realizado con mucha inteligencia social. Quien lo ha realizado ni está loco ni es un imbécil. Sabe lo que quiere y además saber de qué forma hay que venderlo.
La noche electoral en Andalucía supuso también el clásico error de alguna parte de la izquierda por solicitar un cordón sanitario alrededor de algunas ideas. Como el que pone aspirinas ante una tuberculosis. La defensa contra las ideas de extrema derecha no se hace ni con manifestaciones del día después, ni con decir que son diablos, ni con asegurar que es flor de un día, ni con aconsejar el silencio y vacío. O cambiamos nuestra inteligencia social o seguiremos demostrando que somos tontos y que la sociedad no se equivoca por casualidad. Los 400.000 votos son 400.000 personas que tomaron una decisión.