—Lavarse las manos con mucha más frecuencia y controlar exquisitamente la higiene en los hospitales, estando en ellos el menos tiempo posible ingresado. La higiene es mayor si se está en hospitales de visita a atendiendo a enfermos. Y también debe aumentarse en el lavado de verduras y frutas que se comen crudas o con la piel. No tomar carnes mal cocinadas. Tener siempre separados los alimentos animales crudos y los cocinados.
—Crear programas de uso de los antibióticos, para que su prescripción no sea abusiva, sobre todo en niños.
—Emplear sistemas rápidos de análisis para determinar si estamos infectados por virus o por bacterias.
—Recetar antibióticos unos días después de los primeros síntomas para asegurarnos de que efectivamente, es un proceso que requiere antibióticos.
—Formación e información mayor a toda la sociedad, para que conozcan el problema y lo comprendan, por el bien de todos. NUNCA tomar antibióticos sin prescripción médica. NUNCA utilizar los antibióticos que hayan quedado de recetas a otros miembros de la familia. Llevar máscaras si se está tomando antibióticos. Vacunarse.
Habría que añadir un control mucho más riguroso de los antibióticos que les damos en ganadería a los animales que van destinados al consumo humano. Vacunarlos y no darles productos para su salud sin el control veterinario.
Este problema que en España es del 17% está muy mal repartido entre los europeos, ascendiendo a más del 35% en Grecia y con poco más del 6% en algunos países del Norte de Europa.
Nota.: El gráfico es del diario La Vanguardia.