28.6.23

¿Hacia donde va el trabajo, sus ofertas y demandas?

Ya sabemos que no existe suficiente trabajo de 40 horas a la semana para todas las personas del Primer Mundo que aspiran a trabajar en algo cómodo y de alta formación. Pero la solución de futuro se nos interesa muy complicada, excepto que empecemos a pensar en cambiar el paradigma laboral. 

No es posible de momento compaginar sueldos de nivel suficiente con arreglo al trabajo y la formación (que sería el reparto que hoy se puede haceer para tener a todos ocupados), y que sean puestos basados en 20 horas de trabajo a la semana que son ya los realmente productivos y que el mercado es capaz de ofrecer. 

De momento disimulamos para hacerlas crecer hasta las 40 horas semanales. Hemos entrado en una aceptación de puestos que sobran y puestos que faltan. 

Necesitamos miles de trabajadores en ciertas profesiones que pocos quieren realizar, y hay saturación en otros puestos de trabajo a los que aspiran un exceso de personas del Primer Mundo.

Ahora ya no somos las personas las que marcamos la productividad con nuestro trabajo manual, sino los procesos de trabajo, las máquinas inteligentes que poco a poco se van ampliando en sus capacidades.

Como no es deseable una diferencia de horarios semanales de los puestos de trabajo, entre unos que tendrían que trabajar 60 horas y otros trabajos que con 20 sería suficiente —diferencias que van en aumento, como no es posible penalizar ciertos trabajos que cada vez menos gente quiere hacer (pero ya saturados de demanda) hacia esas 60 horas a la semana y en aumento— hay que buscar soluciones que hoy parecen complicadas. 

Y todavía no entramos a comentar la incursión de la Inteligencia Artificial en numerosos procesos productivos de los cómodos.

Si hay muy pocas personas que desean ser pintores de pared, camareros o fontaneros..., o les pagamos mucho más por sus trabajos para que crezca el número de personas dispuestas a esas labores o tendrán que trabajar 80 horas… o no se pintarán las paredes.

Tampoco es posible tener en el desempleo a la parte de la sociedad que ha recibido más apoyos para su formación y que hoy en su conjunto no necesitan trabajar más de 20 horas semanales cada uno. 

Ni de momento nadie quiere pagar cuadriplicando sueldos con arreglo a la ley de oferta y demanda, hacia los trabajos duros que nadie quiere hacer. Al menos de momento.

Curiosamente en Europa (España) algunos de los trabajos que no se quieren hacer los nivelan por abajo las sociedades migrantes que han venido desde lejos. 

Es una manera de que se sigan haciendo algunos trabajos sobre todo de servicios o similares, con un coste hora asumible. Pero es cuestión de tiempo que esto cambie, aumentando mucho los trabajos que no queremos hacer.

Todos queremos ser comerciales de nivel, financieros, diseñadores, funcionarios de mesa o abogados. Muy pocos quieren ser fontaneros, cuidadores de ancianos, ganaderos o trabajadores de cadenas aburridas. Por poner ejemplos muy sencillos. 

¿Quién deberá cobrar sueldos altos en un futuro, siguiendo la ley de oferta y demanda del trabajo en disminución en las labores más técnicas? 

La dedicación semanal que requieren algunos trabajos no se relaciona con el sueldo que se recibe. Mientras que en otros casos su comodidad semanal los convierte en opciones saturadas, con el añadido de la digitalización jugando a la disminución de sus horas necesarias.

La próxima reforma laboral no será de leyes sino de conceptos y obligada por la oferta y la demanda.

Ajovín