El estrés es bueno. Tener mucho estrés es malo. No poder controlar el estrés durante mucho tiempo es muy malo para tu salud. Así que no debemos tener duda, el problema del estrés es la cantidad y su descontrol. Y el aprender a controlarlo, a gestionarlo. Yo he tenido épocas de mucho estrés, incluso de afectaciones graves a la salud. Aprendí a controlarlo pero no del todo, así que mis consejos pueden servir pero hay que cogerlos con pinzas, todo hay que decirlo.
Lo que mejor me funcionaba era salirme del lugar del trabajo, de la zona en donde me atacaba el estrés incontrolado. Tenía un parque muy cerca, salía unos pocos minutos y me daba una vuelta entre los árboles altos pisando la hierba. Era una zona tranquila, casi silenciosa y el contacto con la naturaleza e incluso con la gente que allí estaba me tranquilizaba y me servía para volver en menos de 10 minutos casi como nuevo.
Cuando el estrés se adueñaba de mis tiempos y no podía escaparme, cuando eran las decisiones a tomar tan rápidas que me desbordaba yo mismo, ya nada servía. Eran los momentos en que incluso me resulta imposibles salir al parque porque no tenía capacidad de decidir parar.
Todo aquello me produjo un problema coronario grave que logré resolver con un cambio radical de vida y de actividad. Pero eso es otra cosa, nunca debemos llegar a tanto ni esperar a que las soluciones pasen por abandonar. Antes hay que aprender a relajarse y el contacto con la naturaleza y los ejercicios de respiración son muy válidos. También el aprender a relativizar y el añadir algo de humor a la vida y a las decisiones, sirve para poner en su valor cada momento.
¿De qué sirve el estrés apabullante si al final te puede y se apodera de tus decisiones?
Pero al principio decía que el estrés es bueno. Y es verdad, necesitamos estar presionados para sacar ese punto de presión interna que nos lleva a tomar las decisiones más serias, novedosas e incluso innovadoras. No podemos estar siempre en la zona de confort esperando que salga la excelencia y la calidad desde esa tranquilidad. Hay que tener un punto de presión controlable par que salgo lo mejor de cada uno. Pero la presión, el estrés hay que controlarlo. Si es él quien te controla a tí, si te está venciendo, hay que parar, respirar o salir al parque. O salir de esa situación donde ya estás vencido y no eres tú.