Nunca Cataluña en la última década ha estado con más posibilidades de que en Madrid se les atendiera con respeto y ganas de encontrar soluciones a través del diálogo. Pero Torra no ha querido valorar esa realidad y se está dedicando a joder. Mientras tanto Pedro Sánchez se está dedicando a valorar en qué momento es bueno para él, para su partido y para España en su conjunto, convocar un adelanto electoral.
Un adelanto electoral no es previsible que resuelva nada, pero parece ser lo que todos quieren. Y por ello hay que hacer caso “a todos” y volvernos a poner en el límite del riesgo, pues los resultados podrían ser peor que las actuales situaciones. Casado quiere probarse, Rivera está ansioso por gobernar con quien fuera. Podemos está tan flojo que preocupa a Podemos. IU no existe. Y el PSOE se cree sus propias encuestas.
¿Con Andalucía? ¿Con las municipales? ¿Antes de Navidad? Nos espera otro otoño caliente y no será culpa del cambio climático. Para más enrevesar el tema, los medios de comunicación llevan unos meses perdiendo audiencias a mogollón, así que necesitan más madera, para ver si escampa. Jope.