En estos tiempos tristes para España, en los que nos estamos ocupando de hablar otra vez de Franco en vez de dedicar nuestro tiempo en resolver problemas y en idear la España del futuro, tal vez sea momento de explicar aunque nos de dolor de estómago, algunos apuntes sobre la tumba de un militar.
Franco, el dictador, nunca dejó escrito que se le enterrara en el Valle de los Caídos. Incluso se sabe que se mandó construir con urgencia una cripta personal en el año 1969, en el pequeño cementerio de Mingorrubio en El Pardo, donde está enterrada su esposa, siendo este además un cementerio donde reposan varias personalidades de aquel régimen como Carlos Arias Navarro y Luis Carrero Blanco. Incluso bastantes soldados de la Guardia Personal del dictador.
El Valle de los Caídos se construyó en Cuelgamuros, por un decreto del 1 de abril de 1940, curiosamente aniversario de la victoria del bando nacional. En su orden de construcción se dice: “Un lugar retirado donde se levante el templo grandioso de nuestros muertos en que por los siglos se ruegue por los que cayeron en el camino de Dios y de la Patria. Lugar perenne de peregrinación en que lo grandioso de la naturaleza ponga un digno marco al campo en que reposen los héroes y mártires de la Cruzada”.
Como vemos en el texto anterior, un lugar por los caídos por la “Cruzada” que luego se convirtió en un lugar para “todos” los caídos.
La decisión de ser enterrado Franco en el Valle de los Caídos fue del Rey y del gobierno de Arias Navarro tomada en los días previos a su fallecimiento publicado. Franco nunca habló de un lugar específico, ni lo dejó por escrito en su testamento como es normal entre los mandatarios de Estado. Es verdad que en los años de la construcción del Valle de los Caídos se dejó espacio para una tumba en la trasera del altar, en el lado contrario a la de José Antonio Primo de Rivera. Pero también lo es que la cripta de Mingorrubio incluso por su forma de entender la muerte y la religión la familia Franco, era el lugar más lógico para terminar con sus restos.
Son 43 años ya desde que el dictador se nos murió en la cama de un hospital. Ya es hora de empezar hacer las cosas con la lógica del sentido común.
Y una de ellas es reconvertir el Valle de los Caídos en un lugar de recuerdo para la PAZ. Debe ser un sitio donde efectivamente quede guardada la Memoria Histórica, los fallecidos de todos los lugares de España que así lo deseen, y donde haya un Museo por la Paz y la Reconciliación. En Berlín tenemos varios ejemplos de este tipo de espacios dedicados al estudio, al recuerdo y a la reflexión.