3.7.18

Vote DCA. Consuma productos aragoneses

Hagamos poco a poco un repaso a las diversas candidaturas que se presentaron en Aragón a las primeras Elecciones Generales celebradas el 15 de junio de 1977, apenas año y medio después de la muerte del Dictador Franco. Una de las características de esas elecciones, quizá por su carácter fundacional de la Transición, fue la presencia de numerosas opciones políticas que se disiparon a los pocos meses. No había precedentes válidos ni estimaciones sobre cómo se podía comportar la población tras haber sufrido 40 años de dictadura. Por ello, ideas que parecían buenas, resultaron no serlo. 

La nueva España de la Transición era demócrata cristiana pero ninguna formación con estas siglas obtuvo buenos resultados. Tal vez motivado por los largos años de convivencia entre la Iglesia y la Dictadura. O por el tirón mediático del que se alzó con el poder, un joven Adolfo Suárez apoyado entre otros por los poderes económicos de aquellos años.

Como ejemplo positivo para Aragón —y os dejo una pegatina de esta formación— la Democracia Cristiana Aragonesapresentaba en su membrete de organización ser exclusivamente aragonesa, defendiendo una ideología homologada a nivel europeo, y conformada por profesionales, acaudalados empresarios y prestigiosos profesores, como su líder José Luis Lacasta Bermejo, catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Zaragoza.

Aunque los resultados no fueron insignificantes dado el elevado número de candidaturas presentadas por Zaragoza, no alcanzaron los resultados mínimos previstos por ellos y se desistió continuar el proyecto. Duró como partido político pocos meses pues se legalizó en el mes de marzo de 1977 para poderse presentar a las elecciones, aunque ya existió como organización desde el año 1976. 

En la primavera de ese año se constituyó la Alianza Democrática Aragonesa, formadas por los grupos: Democracia Cristiana Aragonesa, de Lacruz Berdejo, Izquierda Democrática, de Ruiz-Giménez y la Federación Popular Democrática, de Gil-Robles. 

Su ideología fue presentada en aquel 1976 como: una agrupación política que busca el integrismo, el inmovilismo y el nuevo falangismo por un lado, y la democracia marxista por el otro. Como podemos ver en estas palabras, parecen imposible de entender excepto si somos capaces de irnos mentalmente al año 1976 y a una sociedad que salía de 40 años de dictadura.

Eran partidarios de la reforma política, sin llegar al marxismo pero defendiendo la legalización del PCE, y a la hora de su constitución han excluido a personas nacidas al abrigo del Movimiento y sitúan su margen en la UDE. Federalistas y no centralistas, intentaron que Aragón tuviera unas opciones Demócratas Cristianas propias.

La candidatura al Congreso en Zaragoza obtuvo un 1,38 % de los votos, siendo superada ampliamente por la Unión del Centro Democrático (UCD) y por la candidatura independiente creada por Hipólito Gómez de las Roces.

Los resultados de las candidaturas al Senado en Teruel y Zaragoza tampoco fueron relevantes. Ello llevó a la organización política Democracia Cristiana Aragonesa a se disolviera a los pocos meses, integrándose algunos de sus miembros en la entonces creciente UCD que abría sus puertas a pequeñas formaciones conservadoras que deseaban continuar con el trabajo político desde la democracia y organizadas alrededor de una formación fuerte y con implantación en todo el Estado. Aragón se volvió a quedar sin representante político propio en un segmento ideológico que ocupó el poder y la gestión de España de la mano de Adolfo Suárez unos largos años.

Nota.: La imagen pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez