Las fiestas de San Fermín de julio 1978 acabaron aquella noche del día 8, por la violencia arrasando parte de Pamplona y que se contagió al País Vasco en los días posteriores como así era lógico en aquellos años, provocada por los que querían que la Transición no siguiera por el camino de la paz y los acuerdos.
Emplear a las fuerzas de orden público para provocar, era una herramienta bastante utilizada por los ultraderechistas que todavía tenían poder en algunas instancias. No respetaban a los políticos de la UCD pues los consideraban unos traidores al Franquismo.
Las imágenes de aquella tarde fueron censuradas, se perdieron gran parte de ellas y algunas se recuperaron años después en Francia. No les interesaba ver que la salida de la pancarta por las peñas de Pamplona en la plaza de toros fue una situación que se produjo de forma pacífica al final de la corrida, ni tampoco la actuación posterior con la Policía Armada entrando en la plaza de toros con las armas en la mano.
Las imágenes de aquella tarde fueron censuradas, se perdieron gran parte de ellas y algunas se recuperaron años después en Francia. No les interesaba ver que la salida de la pancarta por las peñas de Pamplona en la plaza de toros fue una situación que se produjo de forma pacífica al final de la corrida, ni tampoco la actuación posterior con la Policía Armada entrando en la plaza de toros con las armas en la mano.
En la plaza había unas 18.000 personas que asistieron atónitos a la entrada de unos 50 policías disparando botes de humo y pelotas de goma…, y disparos de pistola como quedó reflejado en las imágenes. En total hubo 130 heridos, seis de ellos de bala, y casi 500 contusionados durante toda aquella tarde y noche.
Para intentar justificar lo injustificable se dijo que dos policías habían sido acuchillados en la misma plaza de toros. Era parte de las excusas que seguían demostrando la falta de profesionalidad de los que mandaban entrar en un recinto cerrado y disparando, a 50 policías con armas.