13 de julio de 1979. Viernes. A las 8,15 de la mañana se inicia presuntamente un incendio en la churrería de la cafetería Formigal aledaña al hotel, mientras se estaban preparando los desayunos del hotel, al incendiarse un recipiente con 20 litros de aceite y cuyas primeras llamas entraron (según se dijo) en los conductos del gasoil de calefacción del edificio. El incendio se propaga tremendamente rápido, afectando en pocos minutos a la terraza del hotel de 10 plantas. Murieron 78 personas y hubo 113 personas heridas (la cifra final de fallecidos no se sabe, pues los que murieron con posterioridad al día del incendio en los hospitales no fueron incluidos en esta lista). Tenía ocupadas 190 habitaciones (230 huéspedes) de las 237 habitaciones con que contaba, en un fin de semana en el que se iban a entregar los despachos en la Academia General Militar. Era en ese momento el hotel más lujoso de Zaragoza y entre sus huéspedes del momento estaba la viuda del dictador Franco, sus hijos y algún nieto. Estaba el General Alfonso Armada. El incendió atacó directamente al estamento militar que presa del pánico tuvo un día lleno de ataques de ira contra el Gobierno y la democracia, siendo estos silenciados. En propio Gobierno y sin haber entrado los sistemas de análisis de incendios al hotel ni haberse retirado todas las víctimas, informó que el incendio fue un accidente producido en las cocinas, como así habían asegurado los trabajadores. En días y semanas posteriores, tambíen investigadores militares accedieron al edificio para investigar las causas del incendio y nunca sus informes se han hecho públicos. El seguro del edificio, del Hotel, nunca fue condenado a indemnizar a las víctimas. Las sospechas de atentado, que nunca ha sido fielmente reivindicado, congeló el pago de indemnizaciones por la compañía de seguros y los afectados y familiares de las víctimas sólo comenzaron a ser resarcidos por el Gobierno a partir del año 2000. CASER, la aseguradora del edificio y Hotel entró a investigar las causas del incendios algunos días después de que la versión oficial ya se había transmitido.
13 de julio de 1979. Una persona que habla en nombre de ETA reivindicó el atentado en una llamada al diario Heraldo de Aragón y a Radio Bayona. Esta información no se publicó en los diarios nacionales (al menos no en El País) y contrasta observar la poquísima información que sobre este suceso con casi 80 personas fallecidas, se publicó en los días posteriores al hecho. Ni tan siquiera de la evolución de los heridos. Ese mismo día también se realizó otra llamada reivindicando el atentado en nombre del FRAP (Frente Libertario Antifascista y Patriota).
14 de julio de 1979. El Gobierno de Adolfo Suárez dijo que el incendio fue fortuito y se produjo en la churrería de la cafetería Formigal del Hotel Corona de Aragón, cerrando de este foram todo tipo de especulaciones que se propagaban por todos los lados, incluida la de que había sido obra de un grupo de Ultraderecha, para provocar un Golpe de Estado.
20 de noviembre de 1979. El diario El Alcázar firmado el artículo por Ismael Medina, un diario muy conservador y con claras informaciones militares en aquellos años publicaba: «El siniestro del hotel Corona de Aragón fue provocado por, al menos, dos ingenios deflagrantes, colocados en los extremos de la cafetería Picadilly's. La existencia de restos de polvo de aluminio en dos puntos especialmente castigados por el fuego y lejos de cualquier objeto hecho con este material viene a confirmar. junto a otros datos, la tesis del atentado». Respecto a los autores del atentado, la información asegura que «está fuera de toda duda que ETA se atribuyó la comisión del atentado. Se produjeron reivindicaciones en distintos medios informativos de Zaragoza, sobre los cuales se tendió un manto de silencio. Tres días después, se registró una llamada en Radio Bayona que, en nombre de ETA, reivindicaba el siniestro del hotel Corona de Aragón como un atentado».
Marzo de 1980. Un informe del Ministerio de Defensa consideraba probable el uso de napalm o pirogel en el atentado, por las temperaturas alcanzadas en el incendio.
1980. La Audiencia Nacional archivó el sumario sobre el incendio del hotel Corona.
1981. La Audiencia de Zaragoza sobreseyó el sumario del Juzgado de Instrucción 1 de Zaragoza porque no había autor conocido de los hechos.
1983. Alfonso Armada, el general que participó en el golpe de estado del 23-F, y el marqués de Villaverde, Cristóbal Martínez Bordiu -que estaba en el hotel con su mujer y con Carmen Polo, la viuda de Francisco Franco, el día de autos- reiterarían la tesis del atentado en dos libros.
1988. La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo consideró que un elemento exógeno (pyrogel o napalm) causó el incendio. De esta manera, confirmaba la versión defendida por el Juzgado de Primera Instancia de Zaragoza, cuyo titular era entonces el magistrado Santiago Pérez Legasa.
14 de octubre de 2000. Heraldo de Aragón publica que el Ministerio del Interior consideraba una indemnización a las familias afectadas como víctimas de terrorismo. El Gobierno solicitó un informe al Consejo de Estado al respecto, aunque no asumió que fuese por un atentado.
2004. El Gobierno denegó la medalla de víctima de terrorismo a los afectados por el incendio del hotel Corona.
11 de febrero de 2009. la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Supremo reconoce en una sentencia el derecho de una de las víctimas a recibir la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo y tiene en cuenta para ello un informe pericial que señalaba que el incendio "no pudo provocarse por una sola y aislada persona, ni de forma casual" sino al menos por tres personas adiestradas, y reconoció lo expuesto por un informe pericial según el cual el incendio tuvo tres focos, y no simplemente en la cocina como se sostenía hasta ese momento.
19 de diciembre de 2010. El Consejo de Ministros aprueba la entrega la medalla de víctima de terrorismo a quince de los fallecidos. La de Concepción García, concedida el 24 de abril del año anterior, abrió camino; fue recogida por su hijo Juan Ramón Vigón García.
Mayo de 2012. Cuatro familias pidieron que la Audiencia Nacional reabriese la investigación del incendio en el Corona y lo tratase como un atentado terrorista.
11 de marzo de 2013. La Audiencia Nacional reabrió el caso, pero el juez Fernando Andreu acabaría archivando la causa tres meses después, cuando las Fuerzas de Seguridad del Estado contestaron a su petición de información aclarando que no había reivindicación alguna del supuesto atentado. «Ningún nuevo dato se ha producido que avale que la comisión de los hechos se realizase por organización terrorista», dijo Andreu.
25 de junio de 2015. El Juzgado de Instrucción 1 de Zaragoza archivó la querella por el incendio del Hotel Corona de Aragón y eludió investigar nuevamente la muerte de 78 personas y las heridas de diversa consideración a otras 113, porque consideraba que un supuesto de terrorismo no es de su jurisdicción, sino de la Audiencia Nacional.
Diciembre 2015 - La Vanguardia. La fosa común del cementerio de Montjuïc guarda unos restos sin identificar desde hace 36 años. Es la víctima número 78 del incendio en el hotel Corona de Aragón en Zaragoza; uno de los sucesos aún sin esclarecer ocurridos en la Transición española. Nadie lo ha reclamado, nadie sabe quién es, nadie ha dicho que lo conocía. Pero más de tres décadas después de aquel episodio, surge de nuevo la duda de quién era este hombre, por qué fue enterrado bajo otra identidad y con documentos falsos, ya que tal vez su identificación podría ayudar a aclarar aquel oscuro episodio. Enterrado primeramente con el nombre de un fallecido equivocado cuyo cadáver auténtico después fue entregado a la familia, nunca nadie reclamó el primer cadáver hasta que en el año 2000 fue desenterrado y depositado en una fosa común.
2017. Familiares de ocho víctimas del incendio del hotel Corona de Aragón presentaron un escrito al Juzgado Central de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional para que asuma la investigación del suceso; fue la respuesta de las víctimas a la decisión del Juzgado de Instrucción 1 de Zaragoza mediante el citado auto del 25 de junio de 2015. En marzo del mismo año el Gobierno de Aragón reconoció a dos fallecidos en el incendio y a un militar muerto en un atentado en Afganistán como víctimas del terrorismo.
En portada de Heraldo de Aragón |