Las ciudades europeas y americanas van recuperando las calles céntricas para los peatones. sucede en New York, Moscú, Bogotá, Melbourne o Shanghái. Cuatro ejemplos bien distantes entre ellos. Ciudades grandes, donde el precio del suelo céntrico es inmenso. Pero a los coches no los quieren para que ocupen todo el espacio público.
Las personas llevamos andando miles de años. En coche pocas décadas. Posiblemente en otro puñado de décadas, se pensará que llenar las ciudades de coches fue un error de una época pasada. Necesitamos andar, pasear por nuestros barrios y calles de vida, movernos para disfrutar a una velocidad lógica. No tiene lógica que para poder pasear por zonas sin coches nos tengamos que ir a cientos de kilómetros de nuestro hogar. En coche, naturalmente.
Cuando una ciudad crece hasta los 5 ó 10 millones de habitantes, comprobamos que el coche ya no sirve. Las distancias son enormes, los tiempos largos, las posibilidades de aparcar el coche en destino no son muchas, y es más caro que ir en transporte público.
Vivir en una ciudad no es solo tener una vivienda y un coche. Es también tener espacios amables, estar rodeado de calma y humanidad, tener comercios y servicios, buenos sistemas de transportes públicos y poca contaminación de todo tipo. Tal vez hoy todavía no lo entendamos así, pero es el futuro lógico. Si con una bicicleta llegamos antes que con un coche, gastamos menos, es más sano y mejor para la salud, más agradable y sostenible: ¿por qué no usamos todos bicicletas? Pero no hablo del caso actual, hablo de bicicletas adaptadas al siglo XXI, tal vez eléctricas, de diversos métodos y formas pensadas para las diversas edades, con carriles dedicados a ellas y a una velocidad estándar, etc.
Por cada coche caben 5 bicicletas ó 10 peatones en la calzada. Más en el aparcamiento de la calle. Un coche no te lo puedes subir a tu casa mientras que una bicicleta sí. Y ponerla a cargar como pones el móvil o el ordenador. Mientras circulas andando o en bicicleta disfrutas de la calle, del ambiente, de otras personas. Muchos menos ruidos, menos olores, menos contaminación.
Hay calles en el centro de New York totalmente recuperadas para los peatones. Han quitado los coches, han puesto juegos infantiles, bancos para sentarse, han pintado de color juegos en el asfalto, han puesto balizadas para darles formas a los espacios. Muy poco gasto y con sinceridad, mucho uso de las personas. Llega un momento en que ya no caben más coches. En ese momento hay que empezar a quitarlos.