1.6.18

Dos imágenes de la España decadente

Hay dos imágenes que explican perfectamente la incapacidad de Mariano en el día de ayer. Esa incapacidad estética, de comunicar con los gestos y las imágenes, esa debilidad tremenda de quien sigue siendo el que más manda en España y en cambio no sabe tomar las decisiones correctas.

Por una parte su despedida del Congreso fue un adiós, una despedida gestual de derrota. Claramente y en directo nos dimos cuenta todos de que se iba no ya cabreado, sino derrotado, sabiendo que no volvería a entrar con el marchamo de Presidente. Salía el primero para ser aplaudido como sucede con los cambios en el fútbol. Necesitaba los aplausos.

Por otra parte su ausencia en la jornada de la tarde de la Moción de Censura hacia su persona, sin escuchar las intervenciones y sin entrar al debate, metido durante casi 8 horas en el reservado de un restaurante con otros miembros del PP, a escasos metros de sus propios despachos del Congreso, nos indica que estamos en la España incapaz. Todo lo queremos resolver en los bares. La imagen asustada y fingida de un Mariano saliendo de un restaurante con sus escoltas y dando la imagen de no saber ni donde está…, es patética.

No se trata (solo) de cambiar de Presidente, de partido o de ideología gobernante, se debería tratar de cambiar de formas, de modos, de calidad en la inteligencia emocional y social que requiere un gran país en el siglo XXI ya avanzado. Seguimos haciendo el ridículo.