Como era lógico, muchos youtubers están abandonando internet como antes lo hicieron muchos blogueros. Es de sentido común. Lo que parecía en algunos casos un mecanismo fácil de hacerse famoso (o hacer famoso un producto), o de hacerse con unos ingresos extra en otros, se ha ido convirtiendo en un problema para ellos, pues los ingresos parecen bajar mucho, las visitas ya no entran tanto por cansancio, lo que parecía gracioso al crecer con los años se vuelve repetitivo y falto de frescura, y todo se agrisa hasta la saciedad.
Personalmente llevo más de una década con blogs diversos. NUNCA he tenido ingresos, simplemente porque nunca los he buscado. Así que por ese lado no me siento peor. Sí es cierto, que las visitas han bajado pero es cuestión de darle calidad añadida a las que se tienen que siguen siendo muchas comparadas con otras actividades presenciales de la vida corriente.
Exponerse en exceso a perder la intimidad es un problema que tiene consecuencias. Sobre todo si tu público es de un target determinado a querer estar muy cerca y copiarte o admirarte. No sé qué es peor. Y la falta de intimidad es un grave problema en cuanto apareces por los medios. Hay que saber dosificar bien esa impresión y sus consecuencias.
No es fácil predecir el cercano futuro de redes sociales, blog o canales de YouTube y similares. En apariencia seguirán bajando en importancia, en poder, en sentido. No explotará la burbuja de forma rápida, pero no tiene sentido mantener tanto tiempo a tantas personas, pendientes de las pantallas. Seleccionarán, sin duda y cada vez más, sobre aquellos contenidos que realmente les interese. Picotear es muy costoso, pues el tiempo libre vale mucho dinero, así que perderán longitud los textos, o al contrario se logrará artículos más completos, donde al final se llegue a alguna conclusión.
Acertar con los contenidos es fundamental si se quiere seguir en estos campos tan líquidos. Ser sinceros y admitir los errores. Trabajar los textos como si realmente fueran a servir a alguien. Y ser voluntarioso. Mientras las personas no paguen por contenidos, no es posible cobrar por contenidos. Y el mundo actual no está en línea de pagar. La publicidad es abusiva y ya no produce rentabilidad por su mala exposición y será más sencillo creer en firmas que en contenidos, aunque esas firmas a veces sean aburridas, pedantes o sin sustancia. Nadie es bueno todos los días, sobre todo si no es profesional o no tiene quien le corrija.
Todos los que escribimos en internet dependemos de los lectores, igual que los escritores de libros, que en muchas ocasiones trabajan durante un año para muy pocos lectores que al final les dejan muy pocos beneficios a los creadores. Tampoco quiero comparar esta actividad con la de muchos profesores de universidad que preparan sesudas ponencias para sus alumnos, y luego más de la mitad no acuden a clase y de los que acuden, otra mitad no escuchan. Pero es la realidad que todos admitimos, que todos peleamos por mejorar, y que mientras llegan las soluciones, nos adaptamos a la realidad.
Tener 100 asistentes a una conferencia que lleva muchas horas de preparación es muy complicado y se asienta sobre un lugar privado o público que cree en tus posibilidades y que es más complicado lograr. Suma de complicaciones. Tener 35 alumnos atendiendo es (casi) más complicado. Tener 200 ó 400 visitas diarias en un blog es posible. No todos leerán todo el texto de la entrada, pero la comparación esfuerzo=resultados es sencilla. El trabajo que nos lleva redactar un texto para una entrada es bastante bajo comparado con los casos anteriores. Y si te gusta compartir, lo haces, encantado además.