Esto supone para las ciudades un contraste acentuado pues por una parte hay barrios que envejecen y no se produce el recambio de la sociedad ni tampoco de sus viviendas y servicios, mientras que surgen otras zonas con atractivos para las personas con más ingresos, o más jóvenes, con nuevos servicios y calidades de vida.
Vamos a ver algunas pinceladas de una ciudad mediana, Zaragoza, y que nos viene muy bien para entender algo más todo esto que explico.
Por una parte tenemos (arriba) un mapa con el envejecimiento de las diferentes zonas de la ciudad. Claramente además del centro de Zaragoza hay barrios considerados “viejos” por la edad de sus habitantes. Y a la vez hay barrios totalmente jóvenes, donde el color amarillo predomina totalmente. Las ciudades se van moviendo constantemente, y esto además de saberlo los sociólogos lo saben los constructores y promotores de viviendas. Los barrios viejos en unas décadas se volverán amarillos mientras que los amarillos serán naranjas.
Si no se produce recambio de edificios, en los barrios hoy rojos y que serán amarillos en pocas décadas, el tipo social de vecino será muy distinto al que sería si se hicieran remodelaciones totales de su urbanismo y edificios. O lo que es lo mismo. Como este cambio no se producirá por igual en todos los barrios hoy de rojo, aunque todos se vuelvan amarillos, no tendrán el mismo componente ni de servicios, ni comerciales ni sociales. Excepto que el Ayuntamiento sepa diseñar con FUTURO estos cambios “de color”.
La mala sensación social acompañará en el futuro a estas realidades sociales que distribuyen mal la sociedad de la ciudad.
En el siguiente plano (abajo) de Zaragoza ya vemos las claras diferencias de colores según los ingresos medios de las familias y de las personas. Mientras que la media de renta por persona es en Zaragoza de 11.807 euros, hay Distritos con 9.600 euros de media por persona y otros con 17.950 euros de media. Casi el doble sabiendo que como son medias, dentro de ellas hay ingresos mucho más bajos o bastante más altos.
Pero además estas cantidades tan diferentes (por arriba y por abajo) se concentran claramente en algunos barrios de la ciudad. Tanto en los niveles bajos como en los altos. Hay pues barrios de Clase Alta y barrios de Clase Baja. Y en esta última décadas, las diferencias se han agravado.
Constatamos pues que la ciudad no está haciendo en los últimos años el papel de aplanadora social, de solucionadora de problemas sociales. Y todo esto sucede sin que deseemos darnos cuenta, admitiendo que dentro de las ciudades es normal que haya cada vez más, personas y familias pobres que son más pobres y ciudadanos ricos escondidos en la ciudad para que no les notemos el exceso y que son cada vez más ricos.