La jubilación es una palabra que viene de júbilo, alegría, satisfacción. No tiene nada que ver con pasividad ni con tristeza ni mucho menos con final de vida.
Es una palabra activa y positiva. Pero es cierto que no todas las personas que entramos en la jubilación lo entendemos de la misma forma.
Es un periodo nuevo que nadie nos enseña a explorar.
Un periodo que empieza con deseo, pero no tanto por lo que podría traer de positivo, como por alejarse del trabajo que ya agota, sobre todo si empezaste a trabajar con 14 ó 16 años y siempre has estado en el mismo oficio.
El agotamiento mental es lógico.
Pero es verdad que todo proceso vital nuevo hay que planificarlo, diseñarlo y personalizarlo para cada persona.
Y hay también como nos enseñaron desde niños, aprender a decir NO. No…, a que abusen del jubilado. No a la pasividad sobrevenida.
No al decaimiento.
Las posibilidades de estar activo tras la jubilación son muchas. Y sobre todo muchas más de las que imaginas antes de llegar a este punto. Hay que conocerlas, explorarlas con información y atreverse a empezar una nueva vida.
Con 65 años no todo está hecho. Dependes de tí.