Evitan que leamos de verdad, nos convierten en lectores de titulares que es lo más fácil de manipular, nos meten anuncios entremedio sin que nos demos cuenta, no hay forma de saber nunca qué es verdad y qué mentira. Se habla de lo que quieren diseñar algunos que se hable. Nos meten unas censuras que ni con Franco teníamos. Y encima estamos contentos y nos obligamos a gastarnos la pasta gansa cada dos años. Además de pagar cada mes otra pasta gansa.
Si decimos unos pocos que las Redes Sociales nos manipulan, nos tachan como poco de “agüelos”, de carcas, de inadaptados o de imbéciles. A mi me da igual. Yo uso las Redes Sociales, y sé de lo que hablo. Incluso sé de lo que escribo y sé de qué temas tengo más o menos visitas.
Lo curioso es que cuanto más nos debería importar un tema, porque afecta a nuestra propia economía, a nuestro futuro laboral o personal, a nuestra ciudad, a nuestra formación, a nuestra libertad y aprender a defenderse del nuevo esclavismo creado con cara bonita, menos lecturas recibo.
Cuando un tema juega a favor de los manipuladores, de los de “arriba” de la distracción social, más visitas recibo. Os juro que por edad a mi me da igual esto, pero mi imbecilidad me sigue llevando a advertir de lo que nos hacen.