¿Por qué no empezamos a sacar tetas de señores, pezones masculinos variados, que también hay muchos y muy guapos, y sondear si gustan o no gustan, dejando a las señoras marginadas y en un rincón del olvido?
Ya, ya, sería cosificar a los señores. Volverlos “cosas”, trozos de carne. Pero igual no nos importa mucho. Fijaros que nuestras posibilidades son mayores que las de las señoras.
Tenemos tetas masculinas de todos los colores y tamaños, formas y distribuciones. Flojas y turgentes. E incluso y aquí está la novedad, tenemos tetas con pelo, sin pelo, con oso, sin oso, depiladas o naturales, con barba y sin barba, e incluso en algunos casos con pelos formando caminos y formas diversas.
Yo os lo digo en serio, a mi las tetas en conjunto me la sudan. No soy de tetas. Mis gustos son otros. Soy raro. Una mano esbelta, unos labios que sepan hablar, unos ojos con personalidad. No sé, que sí, que soy raro. Pero lo decía por acabar con esta manía de prohibir tetas incluso en los dibujos prehistóricos.
Yo os lo digo en serio, a mi las tetas en conjunto me la sudan. No soy de tetas. Mis gustos son otros. Soy raro. Una mano esbelta, unos labios que sepan hablar, unos ojos con personalidad. No sé, que sí, que soy raro. Pero lo decía por acabar con esta manía de prohibir tetas incluso en los dibujos prehistóricos.