Está claro que la legalidad de las leyes es legal. Y que quien se salta las leyes puede ser castigado con todo el peso de la ley. Lo que no queda claro en esta España de principios del siglo XXI es la medida de ese peso sobre el cuello de quien no cumple la ley.
Y tampoco queda claro en qué momento hay que aplicar ese peso inmenso.
Si por tu cara, tus compañías y tu forma de vida, los profesionales “de algo” intuimos que una persona la va a cagar y se saltará la Ley tarde o temprano ¿la debemos detener ya y meter en la cárcel, para evitar que se nos cachondee?
Yo he tratado con jóvenes que todos intuíamos que terminarían en la cárcel. Era casi imposible evitarlo.Pero seguíamos intentando educarlos. En Cataluña te pueden meter o mantener en la cárcel por lo que se intuye que harás en el futuro.
Parecería lógico castigar de igual modo al coche que se salta un semáforo rojo que al peatón que hace lo mismo. E incluso sería lógico con ese mismo concepto de Ley Preventiva, que a los peatones se les hiciera el test de alcoholemia cada vez que intenta cruzar una calle por la zona de la calzada pues representan parecido peligro de terminar en un accidente, que el conductor del coche.
Si está prohibido tender ropa en las ventanas, debería serlo también (o más) poner macetas. Incluso asomarse fumando o comiendo un bocadillo, por los peligros que eso puede representar al peatón. Si se le cae a la cabeza del viandante un trozo de salchichón en rodajas, se puede armar la de dios es cristo.