Esta semana un español se despierta cuando le iban a realizar la autopsia, y esto nos sucede cerca de casa. Para un chino será una noticia de Galicia que le sonará a una parte de Zambia o de Senegal, cerca de Chile. Como nos sucedía a nosotros con Guangxi que no sabíamos nunca donde estaba.
No sé si es la globalización o los efectos de la Unión Europea, pero ya van sucediendo en casa cosas que antes solo sucedía muy lejos. Y tampoco sé si eso es bueno o malo. Yo creo que es para despistar. Mientras pensamos en la suerte del cataléptico gallego, no pensamos en que estamos sin gobierno eficaz.
Pero hay que ir más allá. Hay que pensar en el médico que con su bisturí iba a perforar el pecho del muerto que roncaba. Jodo, por muy preparado que estuviera. Sobre todo porque si leemos la noticia veremos que la certificación de su muerte la habían realizado tres médicos distintos en diferentes lugares. Algunos con 30 años certificando muertes. A veces roncar sirve para seguir vivo.