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(…) Por allí anduve durante dos años como Director (1984-1986) en compañía de un excelente equipo, Julián Martínez, Ismael Fuente, César Lucas, Miguel Ángel Gordillo, Pedro Palacios y Héctor Chimirri. Y de columnistas como Manuel Martín Ferrand, Francisco Umbral, Raúl del Pozo, Antonio Álvarez Solís, José Luis Balbín, Carlos Luis Álvarez, José María García, Emilio Romero, Lorenzo Contreras, Vizcaíno Casas y Victoria Prego. Y humoristas del nivel de Forges, Perich, Martin Morales, Máximo, Summers y Mingote.
No era ni mucho menos ‘La Perla Negra’ de Piratas del Caribe pero tampoco un barquito de papel. Era un buque de combate e información que alternaba el talento y la brillantez de sus primeras plumas con la audacia y la fuerza de sus reporteros (Luis Cantero, Pepe Calabuig, Manolo Cerdán, Antonio Rubio, Pilar Eyre, Fernando Abizanda, Margarita Landi, etcétera) (…)
(…) Llegué a la dirección de Interviú (desde la corresponsalía de TVE en París) en octubre de 1984 cuando la revista cumplía 10 años. Y Antonio Asensio me encargó, con sigilo, ir preparando un cambio radical del modelo de revista para convertirla en algo muy distinto, de más calidad y cuidada estética y me dijo: ‘hay que hacer en España lo que los alemanes hacen con la revista Stern, porque nuestro modelo se está agotando’ (…)
(…) Antonio estaba obsesionado con lograr la concesión de un canal de tv que decía que se lo había prometido Felipe González, quien sacó la subasta de las licencias en las vísperas del referéndum de la OTAN (para controlar a los editores con el ‘sí a la OTAN’).
Lo que afectó de lleno al Grupo Zeta pero no del todo Interviú, no en vano en el último número de la revista antes de la votación de la OTAN publiqué tres entrevistas: una con el ministro de Exteriores Fernando Morán en la defensa del ‘sí’; otra con Antonio Gala como líder de la plataforma del ‘no’; y una tercera con Manuel Fraga que defendía la ‘abstención’. Esa oferta plural y justa no gustó nada a Antonio Asensio, por temor a su impacto negativo en La Moncloa -desde donde se pedían ‘titulares, entrevistas y editoriales a favor de la OTAN’-, y al lunes siguiente al referéndum Asensio me cesó (…)
(…) Poco antes de mi cese, que veía venir, hablé en privado en el Hotel Palace de Madrid con Juan Luis Cebrián (en presencia de Javier Baviano), y le dije: ‘el referéndum de la OTAN y el reparto de canales de televisión que prepara González van a acabar con la primavera de la libertad de expresión en la Transición’. Y Cebrián respondió: ‘así es, pero vosotros tendréis que enseñar el culo y nosotros una pierna’. Y añadí: ‘yo no’. Pero Felipe González no le dio a Asensio un canal de televisión aunque años después se hizo con el control de Antena 3 TV y al final y por presiones de Aznar la vendió (…)