Sevillano, trabajador humilde, flamenco cantautor, llenó escenarios en los primeros años de la transición por toda España. En Zaragoza le recuerdo en sus primeros años cuando vivía en Barcelona, dando un recital en el barrio obrero de La Paz en Zaragoza, que dejó pequeño, creo recordar (puedo equivocarme) dentro de los salones de la parroquia, donde nos mostró a los presentes que el flamenco puede hacer por la reclamación de la libertad con sus quejíos poner no solo música sino sobre todo sentimientos.
Hoy Manuel Gerena es un referente reconocido, sigue llamando a las cosas por su nombre poético y a veces tremendamente duro, no está en nada de acuerdo con la situación actual de la sociedad que tanto defendió, y se le recuerda con sumo respeto por sus numerosas actuaciones y por su lucha inmensa para trasladar a la sociedad su poesía o la de otros grandes del siglo XX, siempre que le dejaban que en aquellos años no eran muchas veces, pues las prohibiciones de sus recitales eran constantes y su entrada en calabozos una forma de exigirle que se callara.
Rafael Alberti, le escribió a Manuel Gerena en el año 1971 este poema:
La coplas que a ti te salen, te salgan como te salgan, valen.
Porque tú no estás, ni estamos, para fuegos de artificio cuando apenas respiramos.
Escribir para cantar…, cuando se canta, lo escrito ya pertenece a la mar.
Te llamas Manuel Gerena, ¡qué bien consuena tu nombre con la pena!
La pena que es valentía cuando no dejan al pueblo más que pena y agonía.
Pena grande que quebranta los huesos si al pueblo ponen una soga en la garganta.
Canta muchacho andaluz, porque tu cante a la sombra le quita cruz y da luz.
Canta y sigue, por delante de ti se abre toda España a la honda voz de tu cante.