Hoy hace 30 años, el 11 de diciembre de 1987, un atentado del Comando Argala de ETA mataba en Zaragoza a 11 personas, dejando a 88 heridos y destrozados. En esa misma mañana moría también un joven que iba en un ciclomotor por la zona, atropellado por un vehículo de emergencias y que no se contabiliza como víctima del atentado.
En la fría mañana del 11 de diciembre de 1987 y a las 6 y 10 de la mañana, sonó la alarma en el Parque de Bomberos nº1 de la Ciudad de Zaragoza, avisando de que se había producido una explosión en la Casa Cuartel de la Guardia Civil en la Avenida Cataluña, donde vivían 180 personas.
Aquel atentado fue la respuesta de ETA a una negociaciones rotas pocos meses antes entre ellos y el Gobierno de Felipe González, que terminaron con una declaración institucional de todos los partidos políticos en contra de ETA.
Dos terroristas habían dejado un coche Renault 18 junto a la fachada del edificio, lleno con 25 kilos de amonal que explotó a los pocos segundos. Abandonaron el coche con la mecha ya iniciada y se montaron en otro coche que les esperaba, mientras el guardia de la puerta se metía dentro del edificio gritando para avisar a las familias. Cuatro plantas del edificio se derrumbaron con las familias durmiendo dentro.
El lugar que ocupó la Casa Cuartel lo ocupan ahora los Jardines de la Esperanza recientemente restaurada, donde una escultura vela el recuerdo de lo que allí ocurrió. Cinco niños, un adolescente de 16 años, dos mujeres y tres guardias civiles murieron. Otras 73 personas resultaron heridas.
El jefe de ETA que dio la orden del atentado, Josu Ternera, fue detenido 14 meses después en enero de 1988. Solo ha estado en prisión durante 3 años y ahora está en búsqueda y captura pero huido. El resto de integrantes de la dirección de ETA en ese momento siguen en prisión. Los cuatro miembros que ejecutaron las órdenes eran franceses y también siguen en prisión.