Escuchaba a José Luis Sampedro decir que él escribía (escribió) porque lo necesitaba para él mismo, porque era un ejercicio que le pedía el cuerpo sin atender a razones ni comerciales ni de búsqueda de lectores. Luego si estos venían, maravilloso final. Y los quería como la energía que le impulsaba a seguir.
Los lectores sois lo necesario para quien escribe, pero como no os vemos, como no sabemos cómo sois, no podemos personalizar la escritura ni queremos hacerlo tampoco.
Vosotros no sois fieles, lo cual es lógico y sois unos jueces brutales pues los escritores os estamos robando uno de las más preciosas posesiones de todos ser humano. El tiempo.
Y no sois clientes sino colaboradores del escritor. Sin vosotros esto sería distinto.
Vosotros no sois fieles, lo cual es lógico y sois unos jueces brutales pues los escritores os estamos robando uno de las más preciosas posesiones de todos ser humano. El tiempo.
Y no sois clientes sino colaboradores del escritor. Sin vosotros esto sería distinto.
Nuestra obligación como escritores, aunque seamos banales, es aportar algo, al menos un entretener o hacer pensar.
Y como en estos tiempos son decenas las posibilidades constantes y a la vez, que nos llegan a todos desde infinidad de lugares para apropiarse de nuestro escaso tiempo libre, hay que escribir textos pequeños, fáciles y que roben poco tiempo.
Y como en estos tiempos son decenas las posibilidades constantes y a la vez, que nos llegan a todos desde infinidad de lugares para apropiarse de nuestro escaso tiempo libre, hay que escribir textos pequeños, fáciles y que roben poco tiempo.