El empleo ha perdido en España con esta crisis perfectamente diseñada, todo el valor de seguridad que había conseguido con años de lucha de los hoy casi jubilados. A los jóvenes les estamos dejando un mundo laboral que es una selva. Y todos somos responsables de esto, pero callarnos o por mirar hacia otro lado. Por ese egoísmo idiota de creer que no van con nosotros las reformas.
Lo curioso es que nos han logrado meter el virus de que no hay otra forma de salir de esta crisis, que jorobando el mercado laboral, algo que en otros países no ha sido así. Pero el marco mental del “trágala” ha funcionado muy bien, y mientras crecen los beneficios para unos pocos a velocidad de miedo, bajan los salarios, aupados por el miedo a perder el mal trabajo que tenemos.
Lo que nadie quiso suponer ya se está produciendo. El empobrecimiento del país, de la sociedad, afecta a (casi) todos. También a los que lo han provocado, al tener menos seguridad en la sociedad, menos consumo, menos inversión, menos actividad, menos impuestos.