El problema es de mala planificación, o de nula planificación sobre una actividad económica importante como el turismo, donde hemos llegado a pensar que todo vale. O incluso una planificación manipulada para favorecer beneficios inmobiliarios.
En las grandes ciudades atractivas al turismo por diversos motivos, se han ido construido enormes masas hoteleras mal planificadas. Me daría igual hablar de Barcelona o de Venecia, de cualquier ciudad europea con atractivo turístico.
Estos hoteles de gran calidad se han ido construyendo en las afueras de las grandes ciudades, rodeándolas, cerca de aeropuertos o vías de entrada. Nunca en el centro de las grandes ciudades o en el caso de hacerlo así, con precios prohibitivos en sus alojamientos.
Este error ha propiciado que el turismo que quiere alojarse en el centro de las ciudades, el turismo individual y no el grupal, busque soluciones a través de apartamentos o habitaciones no siempre legales. Es más útil estar alojado en una habitación mala en el centro de una gran ciudad que en una buena habitación pero a varios kilómetros del centro. Y esto no se ha tenido en cuenta a la hora de planificar el crecimiento turístico.
Si en un edificio de alquileres les resulta mucho más rentable a los dueños de las viviendas alquilar por días, lo harán mientras no se legisle duramente. Y eso supone dificultades de convivencia al resto de vecinos, por ruidos, mal uso, descontrol de horarios, etc.
Este error ha propiciado que el turismo que quiere alojarse en el centro de las ciudades, el turismo individual y no el grupal, busque soluciones a través de apartamentos o habitaciones no siempre legales. Es más útil estar alojado en una habitación mala en el centro de una gran ciudad que en una buena habitación pero a varios kilómetros del centro. Y esto no se ha tenido en cuenta a la hora de planificar el crecimiento turístico.
Si en un edificio de alquileres les resulta mucho más rentable a los dueños de las viviendas alquilar por días, lo harán mientras no se legisle duramente. Y eso supone dificultades de convivencia al resto de vecinos, por ruidos, mal uso, descontrol de horarios, etc.
Si a eso le sumamos que el comercio de proximidad en estas zonas se convierte en comercio dedicado al turismo, nos encontramos con otro problema. Un turista no necesita carnicerías o verdulerías, tampoco tiendas de ropa o de calzado. Y esas pescaderías se convierten en tiendas de bocadillos, de sombreros mexicanos, de bares de tapas franquiciados o de locales con estampitas con santos y paisajes. Y los vecinos huyen.
¿Solución? Hacer hoteles baratos en los centros urbanos, controlar los alquileres ilegales, planificar los crecimientos y descrecimientos, revisar los permisos de actividades económicas por saturación en los barrios con problemas de turistificación.
¿Solución? Hacer hoteles baratos en los centros urbanos, controlar los alquileres ilegales, planificar los crecimientos y descrecimientos, revisar los permisos de actividades económicas por saturación en los barrios con problemas de turistificación.