El fruto del laurel es una baya de una longitud de 10-15 mm aproximadamente, de color negro cuando está maduro y rojizo cuando está madurando, de forma ovoide, que madura a principios de otoño. El aceite esencial obtenido de los frutos ("mantequillaa de laurel") se usaba tradicionalmente para el tratamiento de inflamaciones osteoarticulares y pediculosis, y es un líquido espeso de color verde oscuro que enseguida se solidifica a poco que bajen las temperaturas..
De cada 600 gr de bayas o semillas, se logran unos 30 gr de aceite de laurel, que aunque es muy poco tiene muchas propiedades.
Se recogen los frutos de laurel maduros, se machacan de forma gruesa, se cubren con agua y se hierven a fuego suave durante 30 minutos. Colamos el líquido y se prensa muy bien las bayas para obtener todo su aceite. Dejamos enfriar y decantar durante 24-48 horas, y veremos que la manteca sube, y que queda flotando sobre el líquido. Con una cuchara iremos recogiendo y separando el aceite de la superficie y una pasta espesa color marrón-granate que hay justo debajo del aceite.
Retiradas las impurezas (es posible que haya que cocerlo todo para que se elimine el agua que pudiera quedar) quedará un aceite limpio y puro, con un color verde y un olor muy intenso. Guardar en un lugar seco y protegido de la luz.
El aceite esencial de Laurel tiene numerosas propiedades terapéuticas como analgésico, anestésico, antibacteriano, antimicótico, antimicrobiano, antirreumático, antiinflamatorio, diurético y sedante. Se emplea también en cosmética para la piel, en jabones como el muy reconocido jabón de Alepo, para los problemas de pieles muy sensibles, para la artritis y dolores reumáticos de las manos.
Por cierto, mucho cuidado con el laurel (Laurus nobilis) , pues hay algunos árboles de la misma familia muy similares (Prunus laurocerasus), y son venenosos. En el laurel bueno, la semilla es única como en el olivo. En los otros tipos de laureles más complicados, las semillas salen en racimo.