La Ciudad Prohibida de Pekín, era en realidad una pequeña ciudad que a modo del actual Estado del Vaticano, era una serie de palacios y edificios imperiales de la China desde principios del siglo XV, encerrados en una muralla y rodeado de otras ciudades envolventes como vemos en la imagen, para darle seguridad y un ceremonial de Ciudad de los Dioses. En total albergaba unos 980 edificios diferentes y de distinto uso y unos 720.000 metros cuadrados, con un total de 9.999 habitaciones. Hoy se conservan muchas de aquellas edificaciones y además de ser Patrimonio de la Humanidad es un ejemplo de palacios imperiales chinos, que buscaban mucho más que ser un lugar para habitar y administrar un país.
Ciudad amurallada, pero también ciudad a la que no se podía entrar ni salir sin permisos especiales, pues era considerado lo más cercano a los Dioses y al Cielo, y tan solo los elegidos podían adentrarse en su interior.
Esta ciudad se creó desde la nada en tan solo 15 años, aunque para su construcción se emplearon más de un millón de obreros, que trabajaron los mármoles y las maderas preciosas para dotar a todos aquellos edificios de la mejor calidad de su época.
Para ver algo de esta ciudad hemos puesto arriba con un tapiz de seda de la Dinastía Ming donde vemos en un eje norte sur la estructura de la ciudad. Con túnica roja vemos en un lateral al Jefe de Obras y Edificaciones Kuai Xiang.
Continuaremos con un plano general de todo el complejo, donde vemos la Ciudad Prohibida, la Ciudad Imperial, la Ciudad Interior y la Ciudad Exterior, que distribuía sobre Pekín las diversas formas de construir espacios cerrados alrededor de la Ciudad Prohibida, que le sirvieran de defensa.
Y por último un plano de la Ciudad Prohibida con sus indicaciones e informaciones de los diferentes palacios.
No es con los criterios actuales una ciudad ideal, lo podría ser en aquellos siglos y en aquella cultura, pero nos sirve de ejemplo para ver los conceptos sobre todo de defensa, que se incluían en todas las ciudades en toda la historia y en todas las civilizaciones. Las ciudades debían ser seguras. Sobre todo si dentro vivían los Emperadores.