Tras los atentados en Bruselas del año pasado, cayó por desgracia la imagen de Bruselas como ciudad tranquila y pacífica de la que sin duda es la capital política y económica de Europa, más tras el abandono del Reino Unido. Pero las ciudades son mucho más que sus instituciones, y deben seguir cuidando su imagen, sus posibilidades y en Bruselas la turística es muy importante.
Ya tienen como emblema a Tintín o a Magriet. Arte amable y contundente. Pero ahora han querido dar una vuelta más y van a emplear a los pitufos como imagen de ciudad, para salir por Europa a mostrar las bellezas de Bruselas, sus posibilidades y sus fortalezas.
Es cierto que en Bruselas se han cometido algunos errores de integración que resultan clamorosos a los ojos de la sociedad española, más proclive a saber integrar positivamente a diferentes culturas. Y advertimos que cualquier cambio de imagen, siendo positivo, debe ir acompañado de soluciones al fondo de las cuestiones.
No existe un motivo definido por el que grupos terroristas ataquen a una ciudad o a otra. Lo pueden hacer sobre cualquier territorio. Nadie está libre de esta lacra. Pero hay que trabajar desde las ciudades para evitar tensiones sociales escondidas y de esto, Bruselas, sabe mucho, no solo con su famoso barrio Molenbeek, sino con las imágenes que por el centro se ven, de familias con niños totalmente desesperadas, o de personas vivienda en lugares donde en España es todavía complicado de ver. Y estamos hablando de una de las ciudades más ricas del mundo rico.
¿Cúal es el motivo de que escuelas superiores del centro de la ciudad de Bruselas, tengan un tipo de alumnos que en nada se parecen al tipo de sociedad que circula por sus calles? ¿Salimos a los barrios y vemos con una simple mirada los diferentes tipos de alumnos y de madres y padres, que acuden a los mismos? Es muy sencillo de observar. Unos segundos solo.