Si yas tienes más de 60 años y me estás leyendo, tienes suerte, has decidido salir de tu zona de confort y te has puesto en la dura tarea de seguir aprendiendo, o lo que es mejor todavía, en practicar con tu mente como si estuvieras haciendo gimnasia mental. Bien, estás logrando mover el cerebro y con ello estás logrando vida. No es una tontería, es una realidad comprobada. No se trata de vivir más, se trata de vivir más años mejor. Sigue buscando más información en muchos otros lugares. Pero termina de leerme.
Si sigues con tus rutinas, estarás más tranquilo, pero más apagado también, menos activo, y como tendrás que pensar menos es posible incluso que te canses poco. De momento. Todo se hace automáticamente, no es necesario poner de tu parte y puedes vivir de maravilla en tu zona de confort, tranquilo y sin que nadie te moleste.
En realidad te estás molestando tú mismo.
Debes meter en tu cerebro información nueva. De lo que quieres, de lo que te guste, de lo que creas que es válido para tu forma de vida. Ya no se trata de conquistar el mundo, sino de conquistarte a ti. Sé tú. Por cierto, esta tarea —la de salir de la zona de confort— es muy complicada. Pero eso es lo bueno, ponerse retos complicados. Sigue buscando retos nuevos. Te queda toda la vida.
A partir de los 20 años las neuronas, las tuyas y las mías, empezaron a envejecer. Pero hay muchas maneras de envejecer, lo sabes, así que si aprender a ejercitarse es válido para tus piernas o tu corazón, también es válido para tus neuronas.
Habla, lee, conversa, reúnete con personas de tu edad o de otra, entrénate para ser mejor en lo que has decidido ser de nuevo, aprende y practica algo diferente a todo lo que has hecho hasta ahora, juega que el juego es bueno a todas las edades, sé positivo, ríete y activa tu mente. Haz relaciones nuevas. Escuchar y aprende. Y equivócate. No pasa nada por errar.