No siempre la belleza admitida es la que se apodera del símbolo de la arquitectura más moderna. Aunque debemos admitir que la belleza o la fealdad es algo muy subjetivo, sobre todo en el arte. Juzgar a un edificio por su aspecto exterior es una decisión coja. La utilidad se da en su interior, y aunque todo suma (o resta) los aspectos exteriores hay que verlos m´sa on su relación con el entorno, que con el propio edificio.
Os he dejado seis edificios catalogados como “muy feos”. Sin duda son diferentes, que es otro adjetivo. Pero para saber su utilidad visual debemos contemplarlos desde su entorno, desde el lugar donde estás montados. Pueden ser edificios que se hayan apoderado de toda la zona y entonces lo feo sea lo que envuelve al edificio. O puede ser que efectivamente el arquitecto tuviera un día horroroso.
Pero en arquitectura un edificio actual puede tener una vida de entre medio y dos siglos. DEpende de muchos factores, entre el que se encuentra su desubicación con el entorno. Pero un error en el diseño urbano, con el urbanismo, puede durar 1.000 años. En urbanismo las decisiones se van sumando a lo que hay y a lo que vendrá. Y no se puede desmontar un barrio, una avenida, un parque, tras un error del diseñador urbanista.