Llueve…, es viernes…, como aquel año…, y he cambiado las sábanas verdes por un pupitre, y el sofá rojo por un asiento azul de piel.
Mi vida es diferente y me trago las lágrimas para saciar la sed.
Me visto de colores, me pinto de alegre y sin temores…, y cuando me miro al espejo veo esa gran mujer que todavía quiero ser.
Llueve…, ¿y qué?
No necesito más que mi tecnologçia, mi sofá y mi imaginación para evadirme.
La lluvia inspira en mí pequeñas poesías y recuerdos…, la lluvia me relaja y a veces me cala hasta los huesos.
La vida sigue, el camino es largo.
Pero seguiré saltando charcos.
Laura Puente