Parece una calle porque es una calle. Parece un barrio extraño porque también lo es. Son decenas de calles de plástico, todas paralelas, llenas de plantaciones de verduras para los mercados europeos.
Dentro de estas calles hay también salas para dormir o descansar, pequeñas zonas para ducharse o ir al baño, zonas de convivencia para cuando se acaba el trabajo y todxs están rendidos o derrotados.
Una pequeña localidad de plástico como muchas de Almería donde viven y conviven, mal viven e intentan mejorar, decenas de personas. Siempre son personas, trabajadores baratos para que el precio se los productos encaje entre los beneficios de los propietarios de la tierra de estos pueblos de plástico.
No, no hay parques.
Nota.: La imagen NO es del autor del blog, es de una exposición sobre inmigración de CentroCentro.